lunes, 24 de septiembre de 2012

Todo lo hago mal'.

Perdón. Si no soy guapa, si no soy la chica perfecta. Si tengo miles de defectos, perdón. Si me equivoco en todo, si retrocedo a cada paso que doy, lo siento.























Ella se prometía que no volvería a hacerse más daño, que lo pasado, pasado está y que en la vida hay que tirar pa' lante. Y otra vez, volvía a caer. Algunos le hacían más daño de lo que parecía. Aparentaba demasiado, las cicatrices se las tapaba como podía. Ahí, sin miedo, aunque con una enorme inseguridad dentro de ella.
Risas. Hay cosas que no tienen ni puta gracia, y cuando todo el mundo ríe sin parar siempre hay alguien que por dentro está llorando. Ella. Era siempre ella. Toda la culpa, todos los daños. Ella. SE LE CAÍA EL MUNDO ENCIMA Y NO LE QUEDABAN FUERZAS...

¿Sabéis? Cuando ella estaba mal siempre le miraban sus ojos preferidos y sonreía, casi sin querer. Él. Él era el motivo por el que ella siempre seguía estando en pie. Pero él...se fue. Y dentro de ella, algo se murió.
"Ya no puedo, ya no sé seguir. YA NO" - se repetía. Pero sí que podía, era mucho más fuerte de lo que todos pensaban.

Y ella pensó:

¿Por qué todo tiene que cambiar tan deprisa?
¿Por qué existen tantas injusticias y tantas impotencias?
¿Por qué somos tan imbéciles?
¿Por qué vivimos en un mundo tan de mentira?
¿Por qué nos esforzamos tanto en embellecer y menos en ser nosotros mismos?
¿Por qué sufrir a todas horas cuando sólo tenemos una vida que disfrutar?

Venga, sal a la calle y ayúdame a cambiar el mundo. Y tú decías que todo lo hago mal, pero voy a demostrarte que también puedo hacerlo bien, y puedo dar mucho más de mí de lo que crees.


No hay comentarios:

Publicar un comentario