Yo no quiero ser la esclava de mis malditos complejos. Y sólo te pido una cosa: que no me odies por ser tan imperfecta. Que lo sé, que jamás seré como tú quieres, pero eso no lo decides tú ni tampoco yo. Sabes? Nadie eligió nacer, nadie decidió el color de ojos que que queria tener, ni su sexo, ni su pelo ni nada, no hemos elegido nada. Y sin embargo, mira, aquí estamos, improvisando, porque tampoco nadie nos enseñó a vivir. Luchando por salir adelante e intentando disfrutar siempre que se pueda. No me juzgues. Yo no he elegido nada de esto. Y tal vez sea un poco borde o un poco cabrona, pero no quiero que eso forme parte de mi carácter.
Yo pienso que las verdades hay que proclamarlas, llevarlas en bandera y grabarlas a fuego aquí dentro. Pero la verdad más absoluta es tu vida, el ser humano que eres, mujer u hombre, seas lo que seas siempre serás tú, y eso amigo mío, eso sólo lo puedes defender TÚ. Y si alguien intenta romper esa verdad, dile que se mire al espejo y busque la suya, porque es igual de importante la tuya y la suya y la de todos los seres humanos.
Porque tú eres tan importante como persona como el que tienes al lado.
No lo olvides.
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